domingo, 30 de diciembre de 2007

Font de Mora insiste en sacar del aula a los alumnos problemáticos

No es la primera vez, ni será la última. El consejero de Educación, Alejandro Font de Mora, insistió ayer en la conveniencia de "sacar del aula a los alumnos más problemáticos". La polémica medida, según explicó en las Cortes Valencianas, quedará incluida -pero no desarrollada y regulada- en el nuevo Decreto de Derechos y Deberes del Alumnado que la Generalitat se propone hacer extensible también a los padres, profesores y personal administrativo. La justificación oficial es simple: "Con las aulas de convivencia, se dará transparencia al sistema educativo, ya que se podrán hacer estadísticas para ayudar al alumno con conductas disruptivas", añadió.

Font de Mora -que compareció ayer en la Comisión Educación para responder a las críticas en bloque al borrador de Decreto de Derechos y Deberes desde la oposición de izquierdas- reiteró su apuesta por un modelo de "aulas de convivencia" como el remedio para los casos de "los alumnos con conductas disruptivas y puntuales, donde el profesor (después de haber agotado sus recursos pedagógicos) se ve obligado a derivar al alumno a otras aulas para garantizar la estabilidad de actuación en la suya".

El modelo funciona, entre otras comunidades, en Andalucía. Sólo que allí está perfectamente delimitado su ámbito de actuación y consensuada su aplicación entre los estamentos educativos de cada centro dentro de sus Planes de Convivencia. El director es el "responsable de verificar las condiciones en que se produce el cambio de aula". Mientras, los departamentos de Orientación Educativa son los que "fijan los criterios de actuación" y el equipo docente el que "garantiza la continuidad de las actividades formativas que considere".

La ausencia de tal regulación en el decreto valenciano va unida a la creación de un segundo tipo de aulas -las denominadas "aulas específicas"- para atender "a la minoría de alumnos con trastornos de personalidad graves, que ocasionan dificultades insuperables, crónicas y mantenidas dentro del sistema". Una medida que, según el diputado socialista Adolf Sanmartín, "creará guetos y forma parte de una filosofía más sancionadora que preventiva y pedagógica".

El PSPV exigió asimismo una "memoria presupuestaria para garantizar los recursos suficientes a la convivencia escolar" y "un plan integral que fomente la convivencia en vez de la segregación".

Como bien se dice al principio del artículo esto no es la primera vez que se intentará realizar ni la última. Hace años unos compañeros de Integración Social intentaron “crear” estas aulas pensando que así se beneficiaba tanto al profesor como a los alumnos que tenían interés por aprender. Resultado:

- El número de alumnos “conflictivos” creció debido al pensamiento por parte de estos que este aula era como un recreo continuo.

- Los profesores echaban de clase, a la mínima, a los alumnos que molestaban, creando con esto un perfil erróneo de “alumno conflictivo”.

- Los responsables de este aula se vieron desbordados, primero por que estaban en prácticas y no tenían la suficiente experiencia y segundo porque no había un currículo específico para una clase formada únicamente por alumnos conflictivos.

El año siguiente este proyecto fue retirado y fueron tomadas otro tipo de medidas dentro de las aulas y el número de alumnos conflictivos tampoco disminuyó.

A continuación se muestra un video que esta sacado de una serie y tiene un punto de vista cómico sobre las aulas con alumnos conflictivos:

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