domingo, 30 de diciembre de 2007

Educación da un giro y renegocia la convivencia en las aulas

La segunda mesa técnica con los sindicatos para negociar un texto "consensuado" del decreto de Derechos y Deberes -que regulará la convivencia en las aulas valencianas- forzó ayer a la Dirección General de Personal a dar un modesto giro y aceptar renegociar las bases de un nuevo borrador "centrado en la convivencia escolar" y "una serie de medidas preventivas de conflictos" que pivoten sobre la "mediación", aseguraron ayer al término de la reunión Albert Sansano, negociador del STEPV, y Manolo Picó, secretario general de enseñanza de CC OO.

Los sindicatos -incluido ANPE que estaba de acuerdo en todas las iniciativas para reforzar la "autoridad docente" por la vía "disciplinaria"- pidieron a la Administración educativa que "saque fuera del decreto todo lo que no haga referencia a los derechos y deberes de los alumnos", ya que los padres, los docentes y el personal de administración y servicios se regulan por otras vías; e incorpore la batería de "enmiendas para mejorar la convivencia escolar", precisó Sansano. Además de la petición conjunta de una "memoria económica" que acompañe al decreto para poder aplicar las medidas preventivas con "más recursos humanos, personal de apoyo y recursos económicos".

El papel de las "familias", por tanto, según explicó Consuelo Cubel de ANPE, quedaría reducido a "un apartado referente a la responsabilidad contraída en la educación de sus hijos y el compromiso de cumplir las normas como parte de sus funciones".

Gerardo Fernández, de Fete-UGT insistió en que el borrador redactado por la consejería contempla "medidas correctoras como la creación de unidades específicas y aulas de convivencia para alumnos que no pueden asistir a una o varias asignaturas, lo que presenta un grado muy grande de indeterminación". Y coincide en que la pretensión de regular las funciones del profesorado y el PAS "introduce modificaciones que rebasan los límites originales y propios de un decreto de Derechos y Deberes del Alumnado".

Tanto el STEPV como CC OO en sus enmiendas apuestan por la redacción de "un plan global de convivencia", más allá de un decreto. En concreto, Picó insiste en que debería incluir "medidas sociales y ayudas directas al alumnado con necesidades".

Sansano sostiene la importancia de "extender los departamentos de Orientación a los centros de Primaria, y dotar de psicólogos y pedagogos a todos los IES". Y propuso "la creación de una comisión interdepartamental abierta -además de a la comunidad escolar- a asociaciones civiles como el Institut de la Dona, la Fiscalía de Menores, las Asociaciones de Prensa y las Universidades públicas y privadas".

Este artículo reciente abre las puertas a la posibilidad de que el Parlamento regional debata una proposición de ley de convivencia escolar como así solicitaban los sindicatos y la principal asociación de padres, de corte progresista. Esto es, una serie de medidas relativas, entre otras, a la protección de la comunidad educativa, al número de alumnos por centro, a la cantidad de profesores o los planes de convivencia, después de que una orden del Gobierno regional bloqueará presumiblemente el debate de la iniciativa.

Como ya hemos venido diciendo anteriormente, las voces de los expertos, de los que viven la problemática día a día no se escuchan, no parecen tenerse en cuenta.

Además, me paree muy interesante y beneficiosa para nosotros, la propuesta hecha por Sansano, tanto de ampliar el número de psicólogos y pedagogos en los centros como de extender los Departamentos de Orientación a los centros de Primaria.

He localizado un par de ejemplos sobre Planes de Convivencia Escolar

Plan de Convivencia Escolar

Plan de Convivencia Escolar en Murcia

Font de Mora insiste en sacar del aula a los alumnos problemáticos

No es la primera vez, ni será la última. El consejero de Educación, Alejandro Font de Mora, insistió ayer en la conveniencia de "sacar del aula a los alumnos más problemáticos". La polémica medida, según explicó en las Cortes Valencianas, quedará incluida -pero no desarrollada y regulada- en el nuevo Decreto de Derechos y Deberes del Alumnado que la Generalitat se propone hacer extensible también a los padres, profesores y personal administrativo. La justificación oficial es simple: "Con las aulas de convivencia, se dará transparencia al sistema educativo, ya que se podrán hacer estadísticas para ayudar al alumno con conductas disruptivas", añadió.

Font de Mora -que compareció ayer en la Comisión Educación para responder a las críticas en bloque al borrador de Decreto de Derechos y Deberes desde la oposición de izquierdas- reiteró su apuesta por un modelo de "aulas de convivencia" como el remedio para los casos de "los alumnos con conductas disruptivas y puntuales, donde el profesor (después de haber agotado sus recursos pedagógicos) se ve obligado a derivar al alumno a otras aulas para garantizar la estabilidad de actuación en la suya".

El modelo funciona, entre otras comunidades, en Andalucía. Sólo que allí está perfectamente delimitado su ámbito de actuación y consensuada su aplicación entre los estamentos educativos de cada centro dentro de sus Planes de Convivencia. El director es el "responsable de verificar las condiciones en que se produce el cambio de aula". Mientras, los departamentos de Orientación Educativa son los que "fijan los criterios de actuación" y el equipo docente el que "garantiza la continuidad de las actividades formativas que considere".

La ausencia de tal regulación en el decreto valenciano va unida a la creación de un segundo tipo de aulas -las denominadas "aulas específicas"- para atender "a la minoría de alumnos con trastornos de personalidad graves, que ocasionan dificultades insuperables, crónicas y mantenidas dentro del sistema". Una medida que, según el diputado socialista Adolf Sanmartín, "creará guetos y forma parte de una filosofía más sancionadora que preventiva y pedagógica".

El PSPV exigió asimismo una "memoria presupuestaria para garantizar los recursos suficientes a la convivencia escolar" y "un plan integral que fomente la convivencia en vez de la segregación".

Como bien se dice al principio del artículo esto no es la primera vez que se intentará realizar ni la última. Hace años unos compañeros de Integración Social intentaron “crear” estas aulas pensando que así se beneficiaba tanto al profesor como a los alumnos que tenían interés por aprender. Resultado:

- El número de alumnos “conflictivos” creció debido al pensamiento por parte de estos que este aula era como un recreo continuo.

- Los profesores echaban de clase, a la mínima, a los alumnos que molestaban, creando con esto un perfil erróneo de “alumno conflictivo”.

- Los responsables de este aula se vieron desbordados, primero por que estaban en prácticas y no tenían la suficiente experiencia y segundo porque no había un currículo específico para una clase formada únicamente por alumnos conflictivos.

El año siguiente este proyecto fue retirado y fueron tomadas otro tipo de medidas dentro de las aulas y el número de alumnos conflictivos tampoco disminuyó.

A continuación se muestra un video que esta sacado de una serie y tiene un punto de vista cómico sobre las aulas con alumnos conflictivos:

Uno de cada tres alumnos de la ESO es víctima de insultos y motes despectivos

El informe, que mide el maltrato entre compañeros de clase, se ha basado en una muestra aleatoria de 3.000 alumnos de ESO de 300 centros educativos de toda España. También han colaborado los jefes de estudios de estos centros.

Según afirmó el Defensor del Pueblo, Enrique Múgica, "en términos generales, el panorama del maltrato entre iguales ha mejorado en los últimos años", si se comparan los datos con los obtenidos en el Informe del 2000. Esta mejoría "no debe llevarnos a un engañoso optimismo, ya que en todos los centros escolares sigue produciéndose acoso y maltrato en todas sus formas" y "las líneas preventivas que se han desarrollado en este tiempo han logrado frenar el avance de este fenómeno, pero no erradicarlo".

La presidenta del Comité Español de Unicef, Consuelo Crespo, explicó que el 27% de los alumnos manifiesta ser maltratado verbalmente (frente al 39% que lo hacía en 2000), y el 0,7% afirma ser víctima de acoso sexual (en 2000 era el 2%). Además, el 9,8% dice ser ignorado por sus compañeros (frente al 14,2% de 2000).

Desde el punto de vista de los agresores, el 32% de los entrevistados reconoce que insulta a los compañeros29,2 que pone motes (frente al 38%), el 5,3% que pega a algún alumno (frente al 7,3%) y el 4,3% que amenaza a otros (era el 7,4% en 2000). (el 46% en 2000), el

El Informe recomienda poner en marcha en el centro educativo Comités de Evaluación, Gabinetes de Orientación, alumnos mediadores y cursos de formación del profesorado. Asimismo, pide a los medios de comunicación que no lancen mensajes alarmistas e inciden en la necesidad de involucrar a las familias. También solicitan a las instituciones públicas "que se adecuen los presupuestos y las políticas públicas" para dar respuesta a este problema.

Crespo señaló, también, el "esfuerzo" realizado por el profesorado y por los centros para poner en marcha programas preventivos (el 68% de los centros desarrollan este tipo de programas, frente al 26% que lo hacía en 2000). Además, "ha crecido el porcentaje de profesores implicados directamente en frenar" la violencia.

Alumnado inmigrante

La directora del Informe, Esperanza Ochaíta, ha resaltado que la exclusión social afecta, especialmente, a los alumnos de origen no español. En este sentido, el 20% de los menores inmigrantes entrevistados afirmó estar marginado por sus compañeros de clase, frente al 10% de alumnos nacionales que se reconocen excluidos.

Además, el 1,9% de los alumnos extranjeros han sido amenazados con armas en alguna ocasión, en concreto, con palos y navajas. El porcentaje desciende hasta el 0,4% en el caso de los alumnos autóctonos. De este modo, el informe sitúa a los alumnos inmigrantes preferentemente como víctimas, no como agresores.

Ochaíta explicó que no se perciben diferencias de incidencia entre comunidades autónomas, ni entre población urbana o rural. Las agresiones protagonizadas por chicos son más físicas o de exclusión social, mientras que las chicas optan por la "maledicencia" y la crítica por la espalda.

En cuanto a la titularidad de los centros, en los públicos el tipo de acoso más frecuente es la marginación y exclusión, mientras que en los privados y concertados predomina la maledicencia. En todos los casos, el maltrato es más común en los primeros cursos de la ESO.

Se percibe cierto incremento en el número de alumnos que, cuando se ven agredidos, piden ayuda y son capaces de contar lo que les ocurre. El 68% pide apoyo a algún compañero, si bien el 10% calla su problema, y no es capaz de contar a nadie que es víctima de acoso. Por otro lado, el 48% de los alumnos se implica para ayudar a un compañero, "si es su amigo".

Aunque he tratado anteriormente el tema de la violencia escolar, he querido de nuevo recordar los porcentajes de acosados y acosadores que encontramos en los centros escolares, a la vez e intentado ver qué mueve a algunos alumnos a ser violentos. He localizado una página en internet donde la profesora Mª José Díaz-Aguado nos da una serie de pautas de por qué se produce la violencia escolar y cómo podemos prevenirla el por qué de la violencia escolar y su posible prevención, cuyo punto de vista me ha parecido muy interesante

Algo que es obvio pero que no parece tenerse en cuenta cuando hablamos del fenómeno Bullying es que ,siempre ha existido, todos podemos recordar a aquellos alumnos que estaban marginados y que eran insultados por ser “empollones”,por no llevar ropa de “último modelo”,etc. La parte positiva de esto es que ahora se están tomando medidas y antes simplemente loa acosadores eran los “populares” de la clase y los acosados los “bichos raros”, el tiempo pasaba y no se hacia nada.

Es fácil, por desgracia, ver un reflejo de esta violencia en los videos colgados en la red, por eso he decidido omitir videos sobre este tema porque considero que sería como alabar su “obra”.


El III Congreso sobre convivencia escolar reúne a profesores y expertos

Alejandro Tiana inauguró el pasado viernes día 23 de marzo el congreso “De la educación socioemocional a la educación en valores”. Se trata del tercer congreso sobre convivencia escolar organizado por el Ministerio de Educación y Ciencia en el marco del Plan para la promoción y mejora de la convivencia escolar.

El Ministerio de Educación y Ciencia, a través del Instituto Superior de Formación del Profesorado, ha organizado el Congreso “De la educación socioemocional a la educación en valores”, inaugurado hoy por el secretario general de Educación, Alejandro Tiana, y que se extenderá hasta el domingo. Se trata del tercer Congreso de Convivencia Escolar organizado por el Ministerio de Educación y Ciencia en el marco del Plan para la promoción y mejora de la convivencia escolar al que se han sumado sindicatos docentes, patronales educativas y confederaciones de asociaciones de padres y madres.

Tras la reflexión sobre las situaciones de quiebra de la convivencia, llevadas a cabo en los dos congresos anteriores (abril de 2005 y marzo de 2006), se planteaba en este congreso cómo contribuir al desarrollo de la convivencia en positivo estudiando el proceso que comienza en la educación emocional y culmina en la educación en valores.

Como están señalando las investigaciones más recientes, las emociones están también en la base del razonamiento moral, siendo imprescindibles para poder elaborar juicios de valor acerca de lo bueno y lo malo, iniciando de esta forma un camino que va a terminar en la educación en valores. De este modo, el Congreso ha tratado de analizar estos temas en su doble vertiente teórica y práctica.

Así, la primera conferencia, a cargo del presidente del Consejo Escolar de Cataluña, Pere Darder, se planteó de manera general el proceso que empieza en la educación emocional y acaba en la educación en valores. A continuación, la catedrática de Filosofía Jurídica, Moral y Política de la Universidad de Valencia Adela Cortina

La misma reflexión fue continuada el sábado por el escritor Eduardo Punset en su ponencia “competencia social y emocional” y el psiquiatra Luis Rojas Marcos con su ponencia “La salud emocional de los profesores”. Concluyó, el domingo día 25, Joseph M. Puig Rovira, Catedrático Teoría de la Educación de la Universidad de Barcelona, ofreció la última ponencia del congreso: “Convivencia y educación en valores”.

Junto a estas reflexiones de carácter más teórico, se presentaron programas concretos de desarrollo de la educación socioemocional y moral; así, Alberto Acosta presentó su programa, diseñado y puesto en práctica desde la Universidad de Granada, sobre “educación de los sentimientos y convivencia escolar”. También se llevaron a cabo varias mesas redondas en las que se presentaron diversas experiencias de centros educativos: cómo trabajar la educación socioemocional y en valores en los distintos niveles del sistema educativo, otras experiencias de diversos centros y, por último, la presentación de las buenas prácticas de convivencia que han merecido obtener el primer premio en el concurso convocado recientemente por el MEC en todo el Estado.

En definitiva, el Congreso se planteó los siguientes objetivos: Contribuir a la reflexión y propuesta de actuaciones para el fomento de la convivencia en los centros educativos, analizar la importancia de una adecuada educación socioemocional, así como su metodología y principales pautas de actuación docentes, revisar los principales planteamientos de la educación en valores, elemento imprescindible para una buena convivencia en los centros y conocer las principales experiencias que se están llevando a cabo tanto en el campo de la educación socioemocional como en el de la educación en valores.

En mi opinión este artículo es en parte el resumen de lo expuesto hasta ahora. En este congreso se han puesto en común las ideas de expertos y profesionales de la materia, opiniones que parten de la experiencia y que enriquecen la mejora en la convivencia escolar.

Interesante me parece la aportación sobre las emociones a este debate: “Formar ciudadanos autónomos, protagonista de su vida junto a sus iguales y conciudadanos, construyendo con ellos un “solidum” que garantiza y hace posible la interdependencia, es el objetivo de la educación, mientras que la felicidad está en el proceso de su búsqueda y no es un resultado final, por lo que la escuela debe trabajar prioritariamente las relaciones afectivas-emocionales”.

De nuevo se vuelve a demostrar que la escuela no solo sirve para que los alumnos adquieran nuevos conocimientos sobre diversas materias sino para que se conozcan a ellos mismos y a los que les rodean, siempre manteniendo un respeto mutuo.

sábado, 29 de diciembre de 2007


VACUNAS PARA PREVENIR LA VIOLENCIA: PROYECTO SEVILLA ANTI-VIOLENCIA ESCOLAR

La mejor vacuna para los problemas de violencia escolar es considerar que la comunidad educativa (profesorado, alumnado, familias y entorno social) es el agente de cambio en el centro. En este sentido, la intervención de la prevención de la violencia y para la mejora de la convivencia debe estar centrada en la cooperación entre todos los implicados, para lo cual es imprescindible buscar tiempos y espacios donde ésta sea posible. Esto demanda a los docentes abrir el centro a las familias, y a estas sentirse responsables, con el derecho y la obligación de participar en la vida del mismo. También, debemos ser conscientes de que no existen recetas para ello, el hecho de que trabajemos con personas y no con objetos hace difícil la labor, pero no imposible. Las intervenciones concretas deben ser diseñadas por la comunidad educativa, intentando implicar a todos sus agentes, para que estén adaptadas a las necesidades y características de cada contexto. Es cierto, que este tipo de intervenciones no cambia la convivencia de un día para otro ni elimina los posibles problemas de violencia ya existentes, pero los cambios reales son difíciles, costosos y, al mismo tiempo muy gratificantes.

Por otro lado, para abordar la intervención debemos concebir al centro educativo como un escenario en el cual la convivencia debe gestionarse de forma democrática, la actividad instructiva debe de ser cooperativa y la educación ir más allá de la instrucción, penetrando en la formación de valores mediante la educación de sentimientos y emociones sociales.

Esto es lo que se ha desarrollado en el proyecto Sevilla Anti-Violencia Escolar (SAVE) (Ortega, 1997) entre los cursos académicos 1996 y 1999, que ha sido un trabajo de investigación educativa en 26 centros escolares de Primaria y Secundaria afectando, de forma directa e indirecta, a casi cinco mil escolares. La exploración del problema de la violencia entre iguales, el establecimiento de perfiles de centro en relación con este problema y la implicación de los docentes de diez escuelas en un proyecto de prevención del maltrato entre compañeros, han dado como fruto un modelo abierto, ecológico y comprensivo de trabajo educativo que ha sido beneficioso para mejorar la convivencia y prevenir la violencia tras el proceso de evaluación (Ortega, R; Del Rey, R, 2001).

El proyecto SAVE propone principalmente intervención preventiva, aunque no olvida a los alumnos que están implicados en situaciones de violencia en el centro. Dentro de la prevención, se han distinguido tres líneas de actuación: la educación en emociones, sentimientos y valores a través de la incorporación a los procesos curriculares de objetivos, contenidos y estrategias que permitan a los alumnos/as expresar sus emociones, tomar conciencia de sus sentimientos y asumir actitudes y valores de respeto mutuo; el trabajo en grupo cooperativo, es una línea de desarrollo curricular, que insiste en que aprender de forma cooperativa produce, como efecto secundario, el desarrollo de la comunicación, la atención al otro, la creación conjunta de conocimiento, el respeto a las ideas propias y a las de los demás, etc.; y la gestión democrática de la convivencia, estando dispuesto a comprender el día a día de las relaciones y a diseñar sistemas normativos que guíen el proceso de establecimiento de hábitos y convenciones libremente elegidos por los protagonistas. Es decir, existe un conjunto de pautas de conducta que hay que asumir de forma obligatoria, pero que no deben ser impuestas sino auto elegidas.

Como respuesta a los alumnos implicados en situaciones de violencia se han propuesto (Ortega, 2000) seis programas específicos a modo de ejemplo: la resolución en conflictos, la ayuda entre iguales, los círculos de calidad, los programas de desarrollo de la empatía, los programas de desarrollo de la asertividad y el método Pikas. Todos ellos, centrados en desarrollar las habilidades necesarias a cada uno de los implicados y a desestructurar el entramado de relaciones que existían en el grupo.

Los resultados más relevantes de la evaluación de los efectos del proyecto SAVE (Ortega y Del Rey, 2001) son que las respuestas de los alumnos cuatro años después, muestran que la participación de los alumnos en situaciones de violencia había cambiado de forma significativa. El número de espectadores había aumentado (de 86% a 92%), el de víctimas (de 9% a 4%) y víctimas provocativas (de 0.7% a 0.3%) se había reducido más de la mitad y el de agresores también había disminuido. Como conclusión, no nos gustaría terminar sin agradecer este impulso a la interdisciplinariedad para velar por la salud y ayudar a los adolescentes que, día a día, se enfrentan a situaciones conflictivas ante las que tienen que tomar difíciles decisiones.

Otra forma de solucionar el acoso escolar es el que nos muestra este proyecto andaluz:

“Entre 1995 y 1998, se desarrolla el denominado Proyecto Sevilla Anti-Violencia Escolar (SAVE). Un análisis de los distintos sectores sociales: profesorado, alumnado, familias y orientadores escolares, unido al análisis de las funciones y roles que cada uno de ellos desarrolla, han sido los ejes del proyecto.”

A continuación podéis encontrar en esta página el desarrollo de este proyecto:Proyecto SAVE

A raíz de los resultados arrojados por las investigaciones citadas, la comunidad Autónoma de Andalucía puso a disposición de los estudiantes maltratados un recurso institucional denominado “El Teléfono Amigo

Debido a los casos de acoso entre escolares y hacia los profesores se ha hecho hincapié en proporcionar a las “victimas” una serie de herramientas para que puedan ser escuchados y darles consejos para una solución satisfactoria de su problemática

En la siguiente página asociaciones y centros de ayuda podemos encontrar un listín de teléfonos y direcciones a donde pueden acudir.

EL ESTADO ACTUAL DE LA PROBLEMÁTICA ESCOLAR

Los datos del informe Cisneros X (Oñate y Piñuel, 2007) presentan la realidad epidemiológica de la Violencia y el Acoso Escolar en el territorio del Estado Español. 25.000 niños de toda España entre 8 y 18 años pertenecientes a 1150 aulas completas contestaron al finalizar el curso de 2006 al mayor estudio realizado en Europa sobre Violencia y Acoso Escolar. El estudio se realizó con una herramienta previamente baremada, válida y fiable: el test AVE (Acoso y Violencia Escolar: TEA Ediciones, 2006). Los datos cuantitativos de Cisneros X corroboraron los de otros estudios previos, desarrollados también en España sobre acoso escolar como por ejemplo el estudio HBSC de la OMS de 2004.

El acoso escolar no es una realidad menor y marginal que muchos han intentado esforzadamente presentar a base de reducir el acoso tan solo a las formas más graves de agresión física, o tan solo a los niños con daños psíquicos más profundos o a fuerza de menospreciar la violencia psicológica como una forma trivial de violencia que no debería computarse siquiera como acoso. El estudio Cisneros X a utilizó una definición estricta y rigurosa de acoso escolar, así como métodos estadísticos de escalamiento, por los que se evaluaron los niveles de exposición a la violencia por un lado, y los niveles de daño psicológico por otro, mediante la utilización de escalas clínicas. Por ello Cisneros X pudo relacionar por vez primera en un estudio amplio la exposición frecuente a conductas de violencia psicológica y física que los niños refieren como muy frecuentes y la manifestación clínica de ocho tipos de daños psicológicos que esos niños presentaban.

Las conclusiones más importantes del estudio Cisneros X del estudio son que de cada cien escolares españoles entre 8 y 17 años:

  • Cuarenta y cuatro refieren haber sido víctimas de comportamientos de violencia escolar por parte de sus compañeros al menos alguna vez.
  • Veintitrés refieren dos o más comportamientos de violencia escolar que califican como muy frecuentes (Muchas veces) contra ellos.
  • Doce presentan daños psicológicos en forma de sintomatología grave de Estrés Postraumático a consecuencia del maltrato recibido.
  • Nueve refieren más de 6 comportamientos de acoso muy frecuentes contra ellos.
  • Cinco refieren más de 11 comportamientos de acoso como "muy frecuentes".
  • Siete puntúan en un nivel clínico “muy grave” al menos en 7 de las 8 escalas clínicas utilizadas en el estudio.
  • Treinta y seis se consideran hostigadores esporádicos de sus compañeros.
  • Tres se consideran hostigadores habituales o muy frecuentes de sus compañeros.
  • Diecinueve señalan como autores del maltrato a niños varones de su clase.
  • Ocho señalan como autoras del maltrato a niñas de su clase.
  • Trece señalan a alumnos de otras clases como autores del maltrato.
  • Cuatro señalan a un profesor como autor del maltrato.

De cada 100 niños que son víctimas de mobbing escolar:

  • Veintinueve refieren comportamientos de bloqueo social contra ellos.
  • Veintiuno señalan hostigamiento, insultos y maltrato verbal.
  • Veinte refieren intentos de manipular, deteriorar o alterar a la baja su imagen social ante los demás.
  • Diecisiete refieren coacciones y chantajes.
  • Dieciséis refieren comportamientos de exclusión social contra ellos.
  • Catorce refieren actos de intimidación contra ellos.
  • Trece refieren agresiones físicas directas contra ellos.
  • Nueve refieren amenazas contra ellos o sus familiares.

El estudio Cisneros X (Piñuel y Oñate, 2007) confirma la relevancia de la violencia psicológica como la más frecuente y al mismo tiempo la más lesiva para las víctimas de acoso escolar. Reírse de la víctima, llamarla por motes, ridiculizarla, ningunearla, meterse con ella por su forma de ser o su apariencia física son las formas más frecuentes y dañinas de acoso y violencia escolar. Respecto a los que acosan el estudio Cisneros X aporta también datos esenciales para la prevención y la intervención. Así como el número de víctimas disminuye significativamente a medida que aumenta la edad escolar, el número de acosadores habituales se estabiliza en la educación secundaria, manteniéndose un número significativo de niños que llegan a la edad adulta habiéndose acostumbrado a ejercer habitualmente como acosadores de sus semejantes.

"Porcentaje de Niños que sufren Violencia y acoso escolar (mobbing escolar)"

  • 'Fuente: Estudio HBSC 2004, En ""Mobbing Escolar: Violencia y Acoso Psicológico contra los niños"" Iñaki Piñuel y Araceli Oñate (2007) Ediciones CEAC.

En cuanto a la incidencia comparativa por países del mobbing escolar, encontramos que por países se observan diferencias notables en cuanto al número de niños que refieren ser víctimas del acoso a manos de sus iguales tal y como se observa en los datos siguientes:

  1. Lituania 63 %
  2. Belgica (Wallones) 42 %
  3. Letonia 42 %
  4. Ucrania 41 %
  5. Groenlandia 39 %
  6. Austria 38 %
  7. Portugal 36 %
  8. Suiza 35 %
  9. Estonia 34 %
  10. Francia 32 %
  11. Alemania 32 %
  12. Inglaterra 32 %
  13. Canadá 30 %
  14. Estados Unidos 29 %
  15. Polonia 26 %
  16. Dinamarca 25 %
  17. España 24 %
  18. Rusia 23 %
  19. Israel 23 %
  20. Macedonia 23 %
  21. Grecia 23 %
  22. Holanda 22 %
  23. Bélgica (Flamencos) 22 %
  24. Noruega 21 %
  25. Escocia 20 %
  26. Irlanda 20 %
  27. Gales 19 %
  28. Croacia 17 %
  29. Malta 17 %
  30. Eslovenia 17 %
  31. Italia 17 %
  32. Finlandia 16 %
  33. Rep. Checa 14 %
  34. Hungria 13 %
  35. Suecia 12 %

Una solución dada a esta problemática fue la tomada en diciembre del pasado año:

Los Ministerios de Interior y de Educación y Ciencia acordaron las bases de colaboración para la prevención y erradicación de las conductas violentas en el entorno escolar.

Los ministros Alfredo Pérez Rubalcaba y Mercedes Cabrera firmaron el documento que establece el marco general de acciones en materia de educación y promoción de la mejora de la seguridad personal y ciudadana en la escuela.

"Con esta iniciativa, se persigue mejorar el conocimiento de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado por parte de los jóvenes", entre otros objetivos, según se informó en un comunicado conjunto.

En enero del 2006 comenzó a aplicarse el plan policial contra el menudeo de drogas en las proximidades de colegios e institutos, que entró en la quinta fase el 11 de diciembre.

Según informó entonces la Dirección General de la Policía y la Guardia Civil, los agentes vigilarían desde entonces el entorno de los centros, especialmente los de Secundaria, para evitar el tráfico minorista de drogas y, además, intentarían dar una respuesta más ágil y eficaz al acoso escolar, las agresiones sexuales, sustracciones o peleas.

Los Ministerios de Interior y Justicia serán miembros del futuro Observatorio Estatal de la Convivencia Escolar, que presidirá la ministra de Educación y Ciencia, de acuerdo con el último borrador de Real Decreto por el que se crea este órgano consultivo.

En marzo, el ministerio de Educación y Ciencia, seis sindicatos, la federación de padres CEAPA y, posteriormente, las escuelas católicas de FERE-CECA firmaron el Plan estatal de Convivencia Escolar, para garantizar la defensa jurídica de las víctimas de la violencia sean docentes o alumnos, y reforzar el papel y autoridad del profesorado.

Según un informe del Defensor del Pueblo publicado el 28 de marzo del 2007 tres de cada diez alumnos de Secundaria son insultados a diario.

El acoso escolar ha descendido significativamente pero no termina de desaparecer, según concluye este informe del Defensor del Pueblo que fue llevado al Parlamento semanas después de darlo a conocer al público.

Por lo tanto aun queda un largo camino para dar a conocer unos resultados realmente positivos sobre esta problemática que hoy día ocupa uno de los primeros puestos en lo que a convivencia escolar se refiere.

Los alumnos deben conocer sus derechos, sí pero de igual forma sus obligaciones y limitaciones. Además hay que tener claro que los únicos protagonistas de este tema no son los alumnos, sino también lo profesores, padres y la sociedad en general

viernes, 28 de diciembre de 2007

NUEVA FORMA DE DESTAPAR CUESTIONES PSICOLÓGICAS EN LOS COLEGIOS

Un videojuego detecta el acoso escolar haciendo test a los niños


Un videojuego de "apariencia normal", que invita a los niños de entre 7 y 9 años a participar en una historia mágica, es en realidad un test psicológico para detectar casos de acoso escolar. "Cuando a un niño o mayor les presentas un test adoptan un rol defensivo, pero cuando el joven juega se desinhibe y va a contestar natural a lo que se le pregunte", explica el creador del videojuego, Francisco Blázquez, de Vector Animado.

A iniciativa de la asociación de defensa de la infancia Protégeles.com, el videojuego se está probando de forma experimental, para ver cómo funciona y, si les gusta a los escolares, está previsto empezar a aplicarlo a partir de septiembre en los colegios de las comunidades que den el visto bueno a esta iniciativa.

"No solo sirve para detectar o prevenir casos de acoso escolar, también porcentajes de niños que puedan estar desarrollando actitudes agresivas que llevan a cabo entre iguales", asegura el presidente Guillermo Cánovas.

El juego comienza con la narración de que una noche un mago convierte a un personaje en un extraño ser llamado Piopá. El jugador tiene que ayudarle para que pueda salir de sus dominios y volver a su estado humano. A lo largo del juego, "de manejo sencillo e intuitivo", el jugador va completando, sin saberlo, un pequeño test que puede alertar de situaciones de acoso escolar. Esta información queda almacenada en el ordenador, protegiendo la identidad del menor, para ser examinada por los psicólogos del centro.

El juego, que expone al niño unas pruebas que deben superar --aunque siempre saldrá ganador-- evita escrupulosamente la orientación violenta, sexista o discriminatoria, que parece ser tendencia en algunos juegos, explica esta empresa.

El proyecto pretende abrir un camino a una nueva forma de detectar cualquier cuestión de índole psicológica en el colegio.

Según Cánovas, se está cotejando con otros test de acoso escolar y "parece que la edad más adecuada de implementación es entre 7 y 9 años, momento en que se inician las manifestaciones de acoso, síntomas de agresión física o verbal más dura".

"No sucede de un día para otro, ha habido todo un proceso de presión hacia el niño que puede convertirse en una buena víctima y también ven si pueden involucrar a otras personas", señala el presidente de Protégeles.com, ya que el acoso "se fragua años antes de que ya se dé una situación consolidada y de que los padres lo detecten".


La iniciativa pretende aprovechar el hecho de que los niños identifican los videojuegos con el concepto de ocio y de esta forma "no se sienten examinados".

"El personaje es gracioso y los chicos se familiarizan con la historia", indica Cánovas, quien recuerda que hay pocas pruebas tipo test para detectar el acoso escolar en niños tan pequeños y "el videojuego es algo cercano que necesita poca explicación".

Con este artículo queda claro que no siempre los videojuegos son perjudiciales para los niños.

Esta herramienta ha sido creada para focalizar los casos de acoso infantil de una manera muy sutil.

Como dice el artículo hay pocas pruebas tipo test para detectar el acoso escolar a ciertas edades y de esta forma resulta útil y fácil poder averiguarlo.

Tal como se ha dicho anteriormente los niños siempre buscan un modelo a seguir, alguien con quien se sientan identificados. La televisión y los videojuegos ocupan gran parte de la vida de los alumnos, la mayor parte de los videojuegos lo únicos que enseñan es violencia, pocas hacen utilizar en los niños sus habilidades.

Aunque también he de decir que esto parece ir cambiando día a día y los creadores de estos videojuegos parecen estar más concienciados.

Parece necesario unirse al enemigo sino puedes con él.


UN MISMO PROBLEMA, DIFERENTES PUNTOS DE VISTA


En este artículo se analiza el fenómeno de la violencia escolar a partir de textos recogidos en diferentes medios de comunicación. Profesionales (docentes, psicólogos y psiquiatras fundamentalmente) y políticos, presentan la violencia escolar de formas muy diferentes, tanto en los motivos que lo originan como en la propuesta de soluciones, todo depende del ojo con el que se mire el problema.


En marzo de 1998 se produjo un lamentable suceso en Jonesboro (Arkansas, EE.UU.): dos muchachos, de 13 y 11 años, provocaron una matanza de escolares. Algo que en los centros educativos se venía observando, la violencia creciente, pareció culminar en tal suceso. A partir de ese momento surgió la pregunta de si el fenómeno de la violencia escolar constituye realmente un problema, y, en su caso, en qué medida lo es. Como siempre, ante un fenómeno de carácter social, encontramos toda una gama de opiniones: para algunos, no puede hablarse de «violencia escolar»; en cambio, otros afirman la existencia de una alarmante escalada de violencia, y, finalmente, hay quienes defienden que la violencia escolar no ha aumentado, sino que existe una mayor sensibilidad ante el problema. A la hora de fijar su magnitud, son fundamentales las cifras: ciertos autores (Romero, 2000) indican que, aproximadamente el 80% de la población, admite que existe algún tipo de violencia en los centros escolares. No obstante, algo menos del 7% acepta que el problema sea grave. Entre quienes no reconocen la existencia de violencia, hay clara mayoría de alumnos (75%).

El sintagma «violencia escolar» hace referencia a una realidad compleja, en la que cabe distinguir diferentes tipos de conflictos. Así, a los profesores les preocupan, sobre todo, los serios problemas de disciplina (resistencia pasiva, boicot, insultos...), las faltas de respeto o las conductas asociales que perturban la marcha normal de las clases (disrupción en las aulas). La intimidación y la victimización entre iguales (bullying) no suelen incluir violencia física, pero sí es corriente que tengan consecuencias devastadoras cuando son persistentes. Sin embargo, el vandalismo y la agresión física, que se consideran como estrictos fenómenos de violencia y como causantes de un mayor impacto en la opinión pública, no parecen superar el 10% de los casos de conducta antisocial en los centros. Finalmente, el acoso sexual es un fenómeno oculto de conducta antisocial. Al igual que el maltrato de carácter racista, podría entenderse como una forma del llamado bullying, pero parece tener suficiente entidad como para ser tratado por separado. Para algunos estudiosos (Moreno, 2000) sería más apropiado utilizar la expresión comportamiento o conducta antisocial, que incluiría acciones diferentes, como la disrupción en las aulas, los problemas de disciplina, el maltrato entre iguales, el vandalismo, la violencia física y el acoso/violencia sexual.

Para el análisis, han utilizado textos de los diarios abc, El País, El Diario de Sevilla, Ideal, La Vanguardia y Metro directo de los meses pasados del año en curso. Hemos partido de los conceptos y del método de las nuevas corrientes de Análisis Crítico del Discurso y de la Tradición Enunciativa (van Dijk, 1997; Bañón, 1996, 2002; Briz, 2001; Fuentes Rodríguez, 2004), que han encontrado en la metodología cualitativa un ámbito común de aplicación para la moderna Lingüística del Texto y la Psicología.

EL DISCURSO DE LOS POLÍTICOS: LA NEGACIÓN DEL CONFLICTO

En aquellos textos en los que aparecen los políticos como enunciadores, se defiende la tesis de la existencia de una situación de normalidad, alterada accidentalmente por conflictos esporádicos, puntuales, que, por otra parte, han existido siempre, y que hoy emergen públicamente por la acción de los medios de comunicación. De acuerdo con esta argumentación, tienden a atenuar cualquier información acerca de conflictos en el ámbito escolar. De hecho, parten de una negación radical de la realidad de la violencia escolar:

El País, 1/03/2005: Educación crea una web para detectar conflictos escolares.

Subtítulo: El consejero niega que haya violencia en las aulas y habla de «conflictos disciplinarios».

El consejero de Educación, Alejandro Font de Mora, habla de «una situación de normalidad» en las aulas valencianas, alterada sólo por «conflictos disciplinarios», denominador común de los 200 casos inspeccionados. Font de Mora subrayó que no se puede hablar de «violencia escolar y alarma social», ya que se trata de «casos muy puntuales de indisciplina y conductas atípicas inevitables y nada representativas que se dan en cualquier sitio».

El discurso de los políticos parte siempre de esa afirmación básica de normalidad. Los diferentes hechos que pudieran contradecirla se atenúan, ya sea cuantitativamente, reduciéndolos a cuestiones accidentales, esporádicas, muy puntuales, ya sea cualitativamente, presentándolos como hechos consustanciales a la vida, inevitables en cualquier tiempo y en cualquier espacio. La atenuación se manifiesta en el adverbio sólo, y los adjetivos muy puntuales, inevitables, nada representativas, están orientados hacia la negación del conflicto; inevitables supone una aceptación matizada del conflicto, pues, al tiempo que se reconoce su existencia, se afirma la imposibilidad de su resolución; luego, en definitiva, se niega como tal conflicto. La negación se manifiesta con carácter enfático en el superlativo que acompaña a un adjetivo, que, por sus rasgos semánticos, no admite gradación, así como en la negación nada en lugar del adverbio, más neutro, no.

El locutor mantiene la distancia enunciativa a través del uso de las comillas; por otra parte, los datos objetivos que aporta, los 200 casos inspeccionados, suponen una contradicción con las palabras del político, que ponen en evidencia la incoherencia de una aparente situación de normalidad con la necesidad de inspeccionar 200 casos (sólo en Valencia) de conflictos en la escuela. El dato, por sí mismo, provoca una distancia y una lectura crítica tanto del adverbio sólo como del sustantivo normalidad.

Los adjetivos suelen constituir un vehículo precioso para la transmisión de valoraciones personales, pero también los adverbios contienen a menudo información presupuesta que implícitamente orienta la interpretación de un texto. Es lo que ocurre en el siguiente caso. El enunciador es el director de Centros de la Consejería de Educación de la Xunta de Galicia, y la noticia, aparecida en el Diario de Sevilla, 3/03/2005, informa sobre un caso de acoso escolar en aquella región del noroeste de España:

Titular: Detectado un caso de acoso escolar en Galicia.

Cuerpo de la noticia: […] director de centros de la Consejería de Educación de la Xunta, aseguró ayer que el caso de acoso escolar de […] es importante, porque siempre lo son los conatos de agresión, pero recordó que es un caso aislado.


Es una estrategia retórica la aceptación parcial del argumento contrario, «es importante», que a continuación queda desmentido o neutralizado por una afirmación más general que desactiva su potencial significativo: «porque siempre lo son los conatos de agresión». El adverbio siempre presenta el caso en principio «importante» como un elemento más, nada especialmente significativo en el conjunto de una larga serie de situaciones análogas; por otra parte, al calificarlo como conato, niega el carácter mismo de agresión del acontecimiento, al dejarlo reducido a potencialidad, a hecho virtual. Junto a la negación abierta de los hechos, o a su atenuación, que ya hemos comentado, otra estrategia que minimiza los sucesos consiste en presentarlos como sujetos al control del gobierno, con lo cual se exponen neutralizando su potencial amenazador o destructivo; así, con respecto al caso de agresión a un profesor en Lebrija (ciudad de la provincia de Sevilla):

[…] fuentes de la Delegación Provincial de Educación de la Junta de Andalucía, en Sevilla, explicaron que este es un hecho puntual que «está controlado», ya que se han puesto en marcha todas las medidas establecidas en casos de este tipo.

Sin embargo, también hemos encontrado testimonios procedentes de cargos políticos que dan una visión diferente: siguen presentándose los hechos con cierta moderación (lítotes), pero al menos no resultan negados ni relativizados. En el Ideal de Granada (17/02/2005), el Defensor del Pueblo Español afirmaba que:

[…] casi uno de cada tres alumnos ha padecido alguna situación conflictiva en las aulas, una cifra que en otro estudio del Instituto de Evaluación y Asesoramiento Educativo (idea) se eleva al 49%, aunque advierte que los colegios no son una jungla.


La concesiva expresa la negación de una implicatura que se deduce de las cifras que da el propio Defensor del Pueblo (explicación no pedida).

Las contradicciones entre el discurso de los políticos y los hechos, o entre diferentes manifestaciones de este discurso, no se reflejan sólo en apreciaciones o en enunciados estimativos individuales (Castilla del Pino), sino que se hacen patentes también en el manejo de las cifras. Las oscilaciones son extraordinarias. Así, las encuestas que se dan a conocer durante el debate organizado por la Agencia de Salud Pública de Barcelona afirman:

Un 5% de los adolescentes se siente acosado (La Vanguardia, 27/04/2005).

Los especialistas afirman:

Entre un 15% y un 35% del alumnado se ve involucrado en actitudes y comportamientos intimidatorios, con abuso de poder y exclusión social […] Entre el 2% y el 15% puede ser víctima o agresor de prolongada, cruel y oculta violencia interpersonal, que causa un daño profundo a la víctima y un deterioro moral para el agresor (La Vanguardia, 26/04/2005).

En cualquier caso, las interpretaciones son discutibles, pero la realidad se impone con una fuerza incuestionable:

Titular de El País, Bilbao, 10/03/2005: Educación investiga 50 supuestos casos de acoso escolar.

Cuerpo de la noticia: La consejera de Educación, Anjeles Iztueta, explicó que la mitad de estos expedientes corresponde a malos tratos físicos, y la otra mitad a psíquicos […]. Se plantean medidas preventivas y de urgencia para proteger a la víctima (cambio de clase, incremento de la vigilancia […] cuando se detecte un caso, y […] la adopción de las medidas disciplinarias pertinentes para los agresores.

Ideal, 17/02/2005: [...] gracias al análisis de una muestra de 1.200 alumnos de entre 12 y 16 años de Granada y Jaén, los especialistas han concluido que el 50% de los escolares ha sido o es víctima de agresiones esporádicas en sus centros educativos. En un 2% de los casos, los incidentes ocasionales acabarán degenerando en bullying.


EL DISCURSO REIVINDICATIVO DE LOS PROFESORES
El amortiguamiento propio del discurso de los políticos se contrapone a la voz de alarma de los docentes, quienes denuncian una situación de indisciplina que consideran grave y en progresión creciente. Su discurso se caracteriza por la intensificación, y actúa como argumento o como legitimación de la reivindicación de medidas concretas para prevenir lo que consideran como una seria amenaza. Así planteado, el discurso se constituye en legitimación de sus exigencias: en un marco jurídico adecuado que les permite actuar con autonomía, con disminución de la ratio, con recursos personales y materiales, con reconocimiento social, con mejora salarial, etc. Frente al discurso de los políticos, el de los docentes y especialistas presenta una indagación en las causas del proceso; en el caso de los profesores, está siempre flotando el concepto de la culpa, de la responsabilidad y del fracaso educativo. Aunque admiten que las agresiones físicas ocupan el último lugar de los «serios problemas de disciplina» (Diario de Sevilla, 5/02/2005) que se dan en la escuela, consideran que se trata de un problema creciente y que tiene que ver con la permisividad extrema de los familiares, que delegan en el colegio la educación de los hijos. La situación se agrava en el caso de los centros concertados, mientras que en los públicos se mantiene similar índice de violencia de épocas anteriores. En muchos casos se relaciona el aumento del clima de tensión en las aulas con la pérdida de valores humanos en la sociedad en general («Las formas son distintas, hay menos respeto, y eso se traslada a las aulas», El País, 1/02/2005), y, especialmente, con la influencia de los medios de comunicación, que ofrecen sin censura alguna constantes escenas de violencia. El discurso sirve para legitimar la petición de una actuación rápida y urgente, drástica, «que erradique la violencia escolar de las aulas»; la petición se concreta, en muchos casos, en un «aumento de la disciplina en los centros» (según el 64% de los docentes, El País, 5/02/2005). Faltan recursos personales y materiales y más formación docente (abc, 22/02/2005). La contundencia de las peticiones o de las exigencias se ve reflejada en actos de habla realizativos (Searle, 1994):

Los profesores de anpe exigimos: 1) El establecimiento de un marco jurídico que mejore el gobierno de los centros educativos [...]. 2) La implantación, con carácter general [...] de Departamentos de Orientación, así como la dotación del profesorado de apoyo suficiente. 3) La importancia de la acción tutorial exige que todas las tutorías sean convenientemente incentivadas económica y administrativamente. 4) [...] La creación de un nuevo órgano de coordinación en los centros educativos: el Consejo Tutorial [...]. (El País,16/02/2005).

La necesidad de formular explícitamente estas exigencias se ve justificada por la propia realidad de indefensión que sufren, hecho del que dan cuenta los medios de comunicación:

Titular: El consejo escolar de un instituto dimite al no poder expedientar a un alumno agresivo.

Tres meses después, la dimisión sigue firme, pero no ha sido admitida por la directora […]. Sus miembros aseguran que no entienden por qué la consejería no les deja aplicar la normativa sobre convivencia […]. El alumno problemático fue enviado por sus padres a otro centro próximo, pero […] el otro día volvió con una cuerda y entre varios ataron a un niño a un árbol (El País, 16/02/2005).

EL DISCURSO COMPROMETIDO DE LOS ESPECIALISTAS
Los especialistas (psiquiatras y psicólogos especialmente) y los docentes comparten la actitud de denuncia ante lo que consideran una amenaza social creciente. Como respuesta reactiva a la negación del fenómeno por parte de las instituciones políticas, el discurso de los especialistas se caracteriza por la intensificación, la cual tiene una evidente finalidad persuasiva: se busca la definición de una actitud crítica y la toma de posición activa ante este fenómeno. Dada la negación del hecho, se ha de partir forzosamente de la consideración de su existencia:

El hostigamiento prolongado de alumnos por compañeros es una realidad, aunque casi siempre esté encubierta por una espesa nube de tabú y de silencio […]. Una vez que el martirio sale a la luz, los agresores, sus allegados y los testigos que se mantuvieron neutrales, incluyendo al personal docente, tienden a minimizar el problema, a recriminar al acosado por no haberse defendido, o a responsabilizar a sus padres (A. Rojas Marcos, Tribuna de El País, 2/04/2005).

La pretensión de rigor científico, de objetividad en la descripción del fenómeno, no excluye la presencia de elementos pertenecientes a un plano modal, los cuales revelan las actitudes, las valoraciones o las estimaciones subjetivas del enunciador (Fuentes-Alcaide, 1996). Las comparaciones, la presencia de términos léxicos pertenecientes al campo semántico de la epidemiología, de la guerra, del terrorismo, de la tortura, de las catástrofes naturales, y, en general, de la muerte, todas ellas con el rasgo semántico de «violencia, de destrucción», sirven para evocar el contenido siniestro y mórbido de las situaciones que se describen:

Como el cáncer o el terrorismo, que tanto tememos pero que la costumbre nos obliga a anticipar, la violencia escolar también forma parte del catálogo vigente de horrores predecibles.

Estas espeluznantes matanzas nos espantan, nos duelen, y echan por tierra las expectativas más básicas sobre el comportamiento humano. Aun así, su impacto en la sociedad es efímero. Con independencia de los cadáveres que acaben esparcidos por las aulas, la indignación colectiva se disipa a los pocos meses (L. Ro-jas Marcos, El País, 2/04/2005).

Olas de homicidios y de suicidios en las escuelas públicas de Nueva Cork […] «hostigamiento», «ensañamiento», «acosamiento persistente» [...] el léxico perteneciente al campo semántico de la tortura o del «martirio» presenta a los alumnos implicados como «acosadores», como «maltratadores», como «víctimas habituales de ensañamiento» que sufren «interminables pesadillas», y que a la hora de encontrar explicaciones que les ayuden a entender su penosa situación, la mayoría termina culpándose a sí misma (L. Rojas Marcos, art. cit.):

La víctima, además de padecer un calvario diario, se siente culpable y avergonzada, lo que hace que no se exprese [...]. La comunicación es esencial: el verdugo sabe que la víctima no habla (F. Díaz Atienza, Ideal, 2/11/2004).

La vivencia del fenómeno como una enfermedad contagiosa que se propaga y que crece indefinidamente, explica el léxico propio de la epidemiología:

Detectado un caso de acoso escolar en Galicia (Diario de Sevilla, 3/02/2005).

Se plantean medidas preventivas y de urgencia para proteger a la víctima (cambio de clase, incremento de la vigilancia...) cuando se detecte un caso [...] y la adopción de medidas disciplinarias pertinentes para los agresores (El País, 16/03/2005).

La creación de un sentimiento de alarma social, justificado por la existencia de hechos que por sí mismos constituyen una amenaza social, se ve reforzada por la presentación de esta realidad como un proceso sometido a un «aumento imparable» (El País, 21/03/2005). Se insiste en el hecho de que «la progresión es evidente», y que las acciones conflictivas no se circunscriben al ámbito escolar, sino que invaden otras esferas de la vida pública:

[...] los mandos de la policía municipal señalan un preocupante incremento de la violencia en el ámbito escolar, que se manifiesta a la salida de clase (La Vanguardia, 27/02/2005).

La voz de los especialistas es un discurso comprometido, con una clara finalidad perlocutiva: la presencia de comparaciones de gran fuerza expresiva, de adjetivos valorativos o de un léxico con rasgos semánticos de extrema intensidad, busca la movilización de toda una serie de recursos que actúen como medidas preventivas de una realidad que se vive como «enfermedad social». De ahí que se considere que la solución pase por recuperar los valores humanos: trabajar en grupo, realizar «tareas solidarias, no competitivas» (R. Ortega, La Vanguardia, 26/04/2005).

LA AUSENCIA DE LOS ALUMNOS: «Una espesa nube de tabú y de silencio»
Desde el punto de vista de su tratamiento en los medios de comunicación, podemos considerar a los alumnos como simbólicamente invisibles: sólo en tres ocasiones aparecen como enunciadores. Ellos son el centro del debate, del tema, pero, salvo en el suceso del Instituto de Coria del Río, no suelen tomar la palabra. Una «espesa nube de tabú y de silencio» protege a los acosadores y a sus víctimas, oculta el problema y lo potencia. A diferencia del discurso de los políticos, el de los alumnos parte de la existencia de problemas de convivencia en las aulas:

[...] el 24,5% [de los alumnos] piensa que alguna vez ha mostrado un comportamiento en el aula que ha impedido dar clase, y el 16,8% que ha faltado al respeto al profesor (El País, 5/02/2005).

Pero, frente al de los docentes, que consideran la necesidad de un mayor control y de medidas disciplinarias, los escolares hablan de diálogo y de consideración-respeto hacia ellos como forma de resolver los conflictos:

La mejor arma para resolver los conflictos no son las actitudes violentas, sino la palabra, el diálogo y el respeto (Talleres organizados en Granada por 12 centros educativos, en colaboración con las ong Proyecto Hombre y aspa).

Los propios encuestados, 2.322 escolares de 9 a 16 años de centros públicos y privados de Madrid, reclaman más educación en valores y respeto hacia ellos de educadores y de familias para frenar las conductas violentas, mientras que restan importancia a las medidas de control [...] (Diario de Sevilla, 10/02/2005).

¿Qué opináis? Resulta muy curioso ver como los políticos opinan de estos hechos acaecidos dentro y fuera del centro escolar y que vean un granito de arena donde docentes, psicólogos y demás especialistas ven una montaña.

Los profesionales de la educación hablan, indican donde creen que se encuentra el origen del problema, buscan posibles soluciones pero luego, por lo visto, no interviene en las reformas educativos ni en los planes de acción.

¿Y los alumnos? Apenas se les tiene en cuenta, parece que nuestros políticos no se han parado a pensar que los alumnos son los acosados y los acosadores.

Por este motivo me pareció bastante interesante el presente artículo, todos sabemos que hay diferentes puntos de vista pero es más fácil opinar cuando se nos hace un resumen de opiniones como este.

THE SCARY GUY

El artículo incluido hoy trata sobre el bullying en el centro escolar, pero visto desde un punto de vista diferente al que estamos acostumbrados.

He querido por tanto hacer un breve mención a una definición aproximada de bullying:”implica a veces el golpear o dar patadas a otros compañeros de clase, hacer burlas, "pasar de alguien", etc. Pero estas situaciones resultan bastantes comunes en los centros educativos (colegios e institutos), y pueden llegar a ser muy dañinas para quienes las sufren, generalmente en silencio y en soledad.

La palabra "bullying" se utiliza para describir estos diversos tipos de comportamientos no deseados por niños y adolescentes, que abarcan desde esas bromas pesadas, el ignorar o dejar deliberadamente de hacer caso a alguien, los ataques personales, e incluso los abusos serios. A veces es un individuo quien hace el "bullying", o un grupo (pandilla).”

Muchas veces hemos oído que los adultos somos el libro del que deben aprender los niños, somos el espejo en el que se miran y eso es lo que han debido de pensar algunos institutos de Inglaterra y EEUU por al decisión que han adoptado….


Una bestia contra el acoso escolar

Como un apóstol, peregrina por los colegios de Inglaterra y EEUU con mayor índice de expulsiones animando a los chavales a «amar a los demás». su mensaje no es nuevo, pero su presencia basta para que los alumnos, que le adoran, abandonen actitudes violentas. SU NOMBRE ES «the scary guy», tiene 52 años y fue acosador.

Una biblioteca de una escuela sin calefacción, a las afueras de Bury, condado de Lancashire, en Inglaterra. Un estudiante adolescente arrastra nerviosamente los pies por el suelo de parqué y se repantiga en su asiento. Con el nudo de la corbata aflojado y los hombros caídos, el lenguaje de su cuerpo expresa a la perfección que es el típico rebelde escolar. A pocos metros delante de él, un hombre de aspecto imponente y tatuado de la cabeza a los pies, que va vestido con una chaqueta de cuero, está de pie ante una pizarra y habla acerca del acoso escolar. Pero no parece que el joven le esté escuchando; está absolutamente concentrado en dar codazos al compañero de al lado. Cuando se abre el turno de preguntas y el resto de sus compañeros de clase levanta la mano, la suya ni se mueve. Pero cuando termina la sesión, ocurre algo inesperado.

–«¿Por favor, puedo darte un abrazo?», pregunta el chico.

«Lo normal es que sea eso lo que ocurra. Los chicos de esas características son los primeros que se acercan a verme. Te crees que no has conseguido que les cale tu mensaje, pero lo único que pasa es que están exteriorizando una pura pose delante de sus amigos. Es normal, incluso, que se pongan a llorar al término de la sesión», me explica luego, al cabo de unos minutos y de una docena de abrazos que me dejan para el arrastre.

Se hace cuesta arriba creer que este ex artista de expresión corporal de casi 130 kilos y 1,85 m, que tiene cubiertas de tatuajes y perforaciones más de tres cuartas partes de su piel, sea el gran embajador contra la violencia escolar. Sin embargo, The Scary Guy, [en castellano, algo así como El Coco] se describe a sí mismo como «el nuevo rostro del amor». Él mismo calcula que, a lo largo de la década pasada, ha difundido su mensaje, un manifiesto en favor de la coexistencia pacífica para acabar de una vez con todo ese submundo del acoso escolar, a más de un millón de escolares a ambos lados del Atlántico.

Tal es su éxito que, durante 2006, paseó su cursillo para erradicar esta lacra que no distingue países por la mayor parte del norte de Inglaterra, y recientemente ha recibido 50.000 libras esterlinas [más de 75.000 euros al cambio actual] del gobierno municipal de Bury para que extienda la buena nueva por las escuelas de toda la zona del Gran Manchester en un curso de seis semanas de duración. «¡Oye, tío, que no me estoy haciendo rico con esto!», se apresura a recalcar, y de paso aclara que, si se descuentan los gastos de viaje y hotel, lo que le queda es una cantidad insignificante. «Lo hago porque hay que hacerlo».

Mucha demanda. A principios de este mismo año, de acuerdo con una encuesta realizada por la organización benéfica Bullying Online entre 8.000 niños, profesores y padres, el 69% de los alumnos reconoció que había sufrido algún tipo de acoso escolar en el último año y el 50% de ellos concretó que había sufrido algún tipo de daño físico o lesión a manos de un abusón o matón del centro escolar.

Sin embargo, el 74% de los padres que participaron en la investigación tenía la sensación de que las medidas adoptadas por el centro educativo de sus hijos para atajar el acoso escolar no habían dado resultado alguno y sólo el 40% de los profesores encuestados decía contar con la capacidad necesaria para poner fin al acoso escolar. Pero no es un problema exclusivo del Reino Unido. En España, por ejemplo, uno de cada cuatro escolares (en torno a 1,7 millones de niños), también es víctima de esta lacra. No es de extrañar que El Coco goce de tanta demanda.

Su transformación empezó en 1996, cuando trabajaba como artista del tatuaje en Tucson, Arizona, EEUU. Conocido en aquellos tiempos como Earl Kaufmann, en 1998 cambió legalmente su nombre por el de The Scary Guy. Desde entonces, ha propagado sus positivos puntos de vista sobre el mundo en cárceles, comisarías de policía y, lo más sorprendente, en una delegación de la revista PC World. A lo largo del año pasado se tomó sólo un día de vacaciones y sólo muy de vez en cuando consigue recalar en su casa de Kansas (su mujer le acompaña en sus comparecencias en EEUU). Trabaja sin descanso; eso sí que da miedo.

En cada una de las tres sesiones en las que ha participado en Bury, empieza siempre relatando a los chicos una historia acerca de un adolescente que le escribió desde Alemania para contarle que un amigo suyo, víctima del acoso escolar, estaba pensando en ahorcarse. El chico le decía por escrito que «si yo fuera un amigo suyo de verdad, le ayudaría a hacerlo». Acto seguido, El Coco invita a los niños a salir a la pizarra que hay en uno de los lados de la sala para que escriban en ella su definición de lo que entienden por acoso. Y les pregunta también cuántos de ellos han sido objeto de estas conductas delictivas.

Aunque algunas manos tardan más en alzarse que otras, al final prácticamente todos ellos las tienen levantadas. A continuación, él se esfuerza en explicarles cómo aprender a no tomarse el acoso como algo personal. Para ello recurre a poner como ejemplo las relaciones con sus madres. «Aunque os enfadéis con ellas, vosotros las seguís queriendo, ¿vale?», explica. La charla termina con un vídeo que subraya su búsqueda de un mundo mejor, en el que se le ve paseando por la calle y cómo se le quedan mirando los que se cruzan con él. En el vídeo también aparecen funcionarios, directores de centros, alumnos y policías que explican cómo sus charlas han cambiado sus vidas. La banda sonora del vídeo es una canción titulada Club Foot, un tema muy fuerte de guitarras agresivas a cargo del grupo Kasabian con letras como ¿Pretendes controlarme a mí? Te estás metiendo con el enemigo.

Una estrella de rock. Al final, el efecto de estas sesiones no es muy diferente del que se produce tras un concierto de rock. Los chicos tratan de hacerse con alguno de los carteles que proclaman: «El Coco: un nuevo esfuerzo para acabar con la cólera, el odio, la violencia y la muerte».

El criterio que sigue es crear un sistema para hacer frente al acoso «en el momento en que se produce, no después». ¿Su mensaje central? «Todo ser humano aspira a ser querido y aceptado, por encima de cualquier otra cosa».

Él cuenta que de niño era más bien introvertido y nunca fue víctima de acoso escolar. En todo caso, estaba del lado de los acosadores. «Durante 43 años fui una mala persona, un sarcástico hijo de puta. Estaba dispuesto a humillar a cualquiera de todas las maneras que se me ocurrieran», afirma.

La sesión de hoy representa la tercera fase de un programa de cuatro en el que cada alumno se compromete a pasar siete días y siete noches sin hablar mal de nadie y sin llamar a ningún compañero por otro nombre que no sea el suyo. El Coco insiste mucho en «seguir el programa a rajatabla». Sin embargo, él llama «tío» a todo el mundo con el que se topa.

Está claro que The Scary Guy, que antes de este trabajo vendía ordenadores, no mete tanto miedo como parece al principio. «También se suele pensar que soy uno de esos moteros, o un asesino, o un drogadicto pero, cuando alguien tiene la pinta que yo tengo y dice las cosas que yo digo, se ponen a escuchar», explica. Ésa es la clave. No puede decirse que su mensaje sea revolucionario; no dice nada que no se haya dicho ya antes, pero el mensaje funciona precisamente porque es de su boca de donde salen esas palabras.

Lee mensajes de correo electrónico y periódicos, pero incluso ahora, a sus 52 años, reconoce que no ha leído jamás un libro en su vida y que de niño no aprendió nunca a leer. Considera que eso le permite ser más intuitivo. «Uno de los puntos importantes de vivir a tope el presente es que no te cuestionas a ti mismo», sugiere. ¿Por qué tendría que hacerlo? Desde que visitó el Instituto de Enseñanza Secundaria de Pindar, en Scarborough (Inglaterra), que es el centro educativo con el peor historial de expulsiones permanentes de alumnos de toda Gran Bretaña, los resultados han sido casi milagrosos. En los dos años transcurridos desde que pasó por allí, Pindar no ha registrado ni una sola expulsión permanente.

Por ello, son incontables los centros que ahora siguen el ejemplo de Pindar. Durante los dos días que he pasado con él, su representante, Gary Lee, ha recibido alrededor de una docena de solicitudes de visitas procedentes de otros centros escolares de Gran Bretaña.

Una vez que los alumnos se han retirado, me habla de los hijos que tiene; uno es biológico, una mujer de 28 años, de nombre Jillian, y otras dos, Angelica y Kim, lo adoptaron a él como padre cuando tanto la una como la otra tenían veintitantos años, después de haber sido abandonadas por sus familias respectivas.

A continuación, nos trasladamos al salón de actos del instituto, donde The Scary Guy ha convencido a varios de los profesores para que se queden, una vez terminadas las clases, para tomar parte en una sesión similar a la que acaba de mantener con los alumnos. Y es que algunos de los adultos ya han asistido a la fase primera del curso, celebrada hace algunas semanas.

Los profesores se sientan en las sillas del fondo, lo más lejos posible de donde está él, y ríen nerviosamente cuando les pregunta si les gusta la camisa hawaiana que lleva. Nadie dice que no. «Creo que si las escuelas obligaran a llevar camisas hawaianas en clase, las cosas mejorarían rápidamente», razona. Cuando dice que es consciente del rollo que supone para los profesores tener que quedarse después de las horas lectivas, se aprecia en la sala un ambiente más relajado. Al poco tiempo, se los ha vuelto a ganar. «He estado trabajando en lo que usted recomendó la última vez que estuvo aquí, y la verdad es que se ha notado la diferencia», comenta con un tono solemne una profesora vestida con una chaqueta de punto.

Críticas a su método. Ahora bien, ¿qué es lo que piensan los expertos en prevención del acoso escolar acerca de sus métodos? «Nos encanta saber que hay alguien que es capaz de transmitir un mensaje positivo que estimula la armonía y no da pábulo al acoso entre los jóvenes, aunque nos preocupa que algunos aspectos de sus enseñanzas puedan no ser los más apropiados si se aplican con carácter general. Cabe la posibilidad de que el hecho de que se identifiquen con un personaje como The Scary Guy lo único que consiga sea exacerbar su sensación de diferencia y hacer que se sientan incluso más ajenos a lo que es lo normal. Él ha elegido ir lleno de tatuajes, pero un niño no elige tener un problema de coordinación o unas orejas grandes», asegura Linda Frost, de la organización Kidscape, dedicada a combatir el acoso escolar.

Ni una sola vez pregunta a los chicos por qué acosan. Tampoco les regaña por hacerlo. Da por hecho que todo el mundo ha sido objeto de acoso, en especial los más «matoncetes». Su mensaje se basa en «amar a los demás». «Es la mejor forma de abordar el problema, más efectiva que las amenazas, las detenciones o las acusaciones», asegura.

Habrá quienes siempre se muestren recelosos ante su aspecto externo o ante su manera de abordar el problema. Sin embargo, él sostiene que no hay más que hablar con los estudiantes para comprobar que todo eso da resultado. Una alumna, Lauren, de 14 años, ha recibido de El Coco el título especial de «embajadora», lo que significa que va a volver a la escuela donde cursó la primaria y va a transmitir allí, a otros niños más pequeños, los conocimientos que ha recibido. ¿Se habría sentido igual de impresionada por el manifiesto anti acoso si The Scary Guy fuera uno de sus profesores habituales? «Bueno, no lo sé, probablemente no, porque los profesores son gente normal y corriente, ¿no?», responde.

Reconozco que a mi me ha impresionado y si como dicen esto ha dado resultado en aquellos institutos yo voto porque se le “reclute” para dar charlas en algunos de nuestros centros.

Cualquier medida que mejora la convivencia entre escolares y evite los acosos que muchos de nuestros alumnos sufren que sea bienvenida.

Creo que contar la propia experiencia siempre ayuda a los demás, es mas fácil quizás educar a los chic@s de esta forma que no a través de cuadernillos sobre convivencia escolar .Siempre un caso real nos parece más cercano y más fácil identificarnos con ello.

¿Qué pensáis vosotros?